Los edulcorantes, ¿buena alternativa?
Podemos creer que los edulcorantes son una alternativa aparentemente mejor que el azúcar. Muchos de ellos no tienen calorías, pero eso, realmente, no es lo importante.
La mayoría de ellos presentan un poder endulzante muchísimo mayor que el propio azúcar, son hasta 1000 veces más dulces. Esto, sobre todo, lo notamos en productos “sin azúcares añadidos”, pero que siguen manteniendo ese dulzor.
Este sabor tan potente hará que los productos naturales, como las frutas y verduras resulten menos apetecibles, o incluso no nos sepan a nada.
Además, se está demostrando mediante estudios científicos, que los edulcorantes posiblemente estén teniendo efectos negativos en nuestra microbiota intestinal, es decir, en nuestros bichitos beneficiosos, que recorren todo nuestro intestino.
Y entonces, ¿cómo puedo sustituir el azúcar?
La mejor manera es disminuirlo de forma progresiva, dejando de buscar una sustitución. Si hablamos de azúcar que añadimos nosotros al café o al yogur, hazte la siguiente pregunta:
¿Cuántas cucharaditas de azúcar me echo en el café? ¿Cuatro? ¿Qué tal si durante una semana en vez de 4, le echo 3?
Poco a poco, ese sabor amargo del café me parecerá totalmente normal, y podré disminuir la cantidad de azúcar otra vez, sin ningún problema. Lo mismo puede ocurrir en el yogur natural o en el té.
Pero… ¿Qué ocurre con el azúcar que no vemos?
Muchas veces, la industria utiliza el azúcar para que el producto sea más palatable. No obstante, como está tan mal valorado, lo intentan encubrir con otros términos. Es lo que denominamos “Azúcar oculto”.
Y tiene multitud de nombres: dextrosa, jarabes, maltodextrina, miel, glucosa, fructosa, néctar, sacarosa, siropes…
La mejor opción es saber identificarlos en la lista de ingredientes. Ojo, de cualquier producto: podemos encontrarlos en unas galletas, en un tomate frito, o en un jamón york.
Una vez identificado, busca una alternativa mejor. Quizás ese tomate frito de la estantería de al lado no lleve ese azúcar añadido.
¿La fruta es una buena opción?
La fruta es una magnífica opción para endulzar nuestros platos. Es una fuente natural de dulzor, y tiene múltiples nutrientes beneficiosos para nuestra salud.
Puedes incluir frutas en tus preparaciones culinarias: por ejemplo, unos filetes de pollo al horno con trozos de manzana, o una ensalada con un poco de piña, o de mango.
Además, tenemos otro tipo de frutas: las frutas deshidratadas, como las pasas, las ciruelas, los orejones o los dátiles. Este tipo de alimentos son muy buena fuente de nutrientes, que podemos incluir para endulzar nuestros platos, por ejemplo, un yogur natural, con un poco de avena y orejones.
Recuerda que el dulzor de la fruta va a depender de su grado de maduración. Si tienes un plátano demasiado maduro, casi negro, ¡no lo tires! Machácalo con un tenedor, y anímate a hacer un bizcocho, ¡verás lo dulce que te queda sin añadir una pizca de azúcar!
Y tú, ¿Ya sabes cómo endulzar tus platos?
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Cristina Salas Vegue
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